EL TRAGALUZ
Un ruido sobre mi ventana bajo cerillas de hormigas de lana, un crujido no más y la ventana no se podría cerrar. Quería atrancar el descosido de tela con los hilos de tus ojos azules, que mi herida se curase con vendas que tus ojos, fuesen el horizonte de las luces. Bajaré las escaleras sin pisar las macetas miraré a través de tu puerta dibujando tus labios de fresa, cerraré la ventana bajaré descuidadas las rejas para sentarme al borde de la mesa. |
Labels: 2006), Publicada en el nº 34 de la revista Vulture (Mayo
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